Andreiy Lunin ha aprovechado con creces su oportunidad tras la lesión de Kepa y, en estos momentos, ha devuelto el debate a la meta blanca
La desdichada rotura de ligamento cruzado de Thibaut Courtois a comienzo de temporada hacía prever que sería un año complejo en esta demarcación tan sensible para los intereses del club de Chamartín.
Sin embargo, el fichaje de Kepa Arrizabalaga, con una adaptación prácticamente instantánea, y la irrupción de Lunin, llevando a cabo actuaciones realmente estelares y consiguiendo dejar la puerta a cero en varias ocasiones, algo prácticamente imposible en un equipo tan ofensivo como el Real Madrid; han provocado que el Real Madrid se sienta más que seguro en el ámbito defensivo y, ahora, la única duda esté sobre la mesa de Carlo Ancelotti con respecto a quién debe ostentar la titularidad del conjunto merengue.
Una situación compleja para Lunin
La primera decisión de la entidad madridista tras la lesión del guardameta belga fue la de salir al mercado y enviar un claro mensaje de desconfianza a Andeiy Lunin. El portero ucraniano, en vez de quejarse, poner malas caras o declararse en rebeldía buscando una salida, decidió seguir trabajando, en silencio, y luchar por un objetivo muy ambicioso, lograr la titularidad en el club de sus sueños.
A priori, resultaba complejo que esta meta de Andreiy pudiera llegar a conseguirse a causa del asentamiento de Kepa desde el primer día y el hecho de que, cuando Thibaut se recupere, Courtois volverá a ser intocable en la portería del Real Madrid. Sin embargo, Lunin continuó aguardando su momento y, al fin, llegó. Kepa volvía a ser titular en Champions, frente al Braga, pero aquel día el internacional con España cayó lesionado en el calentamiento y, entonces, sin previo aviso, Lunin tuvo que salir al paso y, a decir verdad, dio un auténtico recital de paradones, manteniendo su meta imbatida.
Llegó la hora de la meritocracia en el Real Madrid
Desde entonces, Lunin ha continuado defendiendo la meta del cuadro merengue y, siendo honestos, ningún madridista ha echado en falta a Kepa Arrizabalaga, ni siquiera a Thibaut Courtois. A base de manos salvadoras, pies imposibles y un liderazgo inesperado para un chaval que, hasta ahora, tan solo había disputado la Copa del Rey; Andreiy Lunin se ha hecho con el cariño de la parroquia blanca que, en los últimos encuentros, ya ha coreado su nombre y ahora exige a Carletto que le una continuidad más que merecida por su rendimiento.
Llegados a este punto y con la recuperación de Kepa a la vuelta de la esquina, teniendo en cuenta que el guardameta vasco ya ha regresado a los campos de entrenamiento en los últimos días, Ancelotti tendrá que tomar una decisión que, evidentemente, no contentará a ninguno. ¿Apostar por la continuidad de un chaval que a base de sacrificio y trabajo ha logrado tirar la puerta abajo o volver a confiar en el portero titular que plantó al todopoderoso Bayern de Múnich para cumplir su sueño de vestir de blanco? Decida lo que decida el técnico italiano, lo que está claro es que Lunin se ha metido a la afición en el bolsillo y tendrá para siempre el cariño y el respeto de todo el madridismo.