El Atlético de Madrid vive en un bucle. Los de Diego Pablo Simeone volvieron a dejarse puntos a domicilio, esta vez contra el colista, empatando a 2 un encuentro en el que se puso por delante en dos ocasiones.
Los rojiblancos, que estrenaban camiseta azul, no fueron capaces de doblegar al Almería, un equipo muy tocado en lo anímico, que es el farolillo rojo de la clasificación. Se adelantaron en el primer minuto de encuentro, pero Luka Romero empató el encuentro en el 27.
El Atleti, que fue de más a mucho menos, no consiguió sentirse del todo cómodo ante un Almería que simplemente esperaba su momento. En la segunda parte, el Atleti volvió a hacer lo más difícil: volver a ponerse por delante. Un buen pase de Molina acababa con De Paul marcando su primer gol de la temporada, y poniendo el 1-2 en el marcador en el 57.
Pero el Atleti, que volvió a demostrar que en las últimas jornadas de defensa anda flojo, solo duró 7 minutos por delante en el marcador. De nuevo Luka Romero, aprovechando un pasillo de la defensa rojiblanca, puso el empate en el marcador para una Unión Deportiva Almería que la tuvo en el último suspiro para haberse llevado la victoria. La tuvo también el Atleti, pero Morata no estuvo fino en su remate, y cuando parecía que iba a marcar un gol cantado, la mandó por encima de la portería de Maximiano.
Otro empate lejos del Metropolitano, otros dos puntos «perdidos», y otro partido más en el que el Atleti estuvo muy lejos de la versión que muestra en el Metropolitano.
Tan solo ha sacado 5 de los últimos 24 puntos fuera de casa. Una victoria agónica en Granada, el empate en el Bernabéu, y el empate de ayer. El resto, todo derrotas. Ante Sevilla, ante Girona, ante Athletic, ante Barcelona y ante Las Palmas, el Atleti no fue capaz de rascar ni un solo punto.
Las opciones de pelear la Liga se han ido volando a base de partidos como visitante. Porque como local, el Atlético de Madrid es otra cosa muy distinta. Mientras que como local lleva 37 puntos, como visitante lleva tan solo 15.
Mientras que como local no conoce la derrota desde el 8 de enero de 2023, cuando cayó ante el Barcelona, como visitante lo extraño es que rasque algún punto. Lejos de casa, al Atleti no solo le tiemblan las piernas, le tiembla todo el cuerpo.
Y lo peor, es que parece que nadie consigue arreglar la situación. Sí, De Paul llama a trabajar para mejorar, pero jornada tras jornada, el equipo no muestra mejoría alguna. Sí, Simeone se culpa a él por no dar con la tecla, pero lleva meses dando largas cuando se le pregunta por la situación fuera de casa, y la cosa no cambia.
El Atleti solo ha sido capaz de ganar fuera de casa 4 partidos: Rayo, Osasuna, Celta y Granada. Ha empatado contra Betis, Real Madrid y Almería. Un bagaje pobre, si nos damos cuenta de que estamos hablando de un equipo que debería pelear por más que simplemente una plaza de Champions, una plaza que en las ultimas temporada, tampoco ha estado barata.
El Atleti es uno en el Metropolitano, y el Atleti es otro a domicilio. Mientras que en casa juegan con seguridad, fuera de casa lo hacen sin ella. Y aunque Simeone quiera achacarlo a un problema de solidez defensiva y de falta de gol (que también), el problema del Atleti fuera de casa está empezando a ir más allá.
Porque ya no es solo que el Atleti genere y no marque, y que en defensa estén flojos. Es que fuera de casa el Atleti no es capaz de empezar bien y acabar bien. Casi siempre empieza mal, y cuando quiere arreglarlo, ya es tarde. Y si empieza bien, como ayer, con el paso de los minutos se va viniendo abajo; si le marcan, se hunde del todo.
El Atleti fuera de casa se congela, y esta semana, tiene un problema llamado San Mamés. Los de Simeone tienen que ganar sí o sí por dos goles o más a los leones si quieren estar en La Cartuja para disputar la final de Copa. Algo que parece muy difícil viendo el rendimiento del equipo fuera de casa, y sabiendo que el Athletic solo ha perdido un partido en lo que va de temporada en su feudo.
