El Atlético de Madrid se impuso en la noche de ayer por 3 goles a 1 en el derbi madrileño ante el Real Madrid, en un partido en el que los del Cholo, pudieron sacar muchas cosas positivas, y, sobre todo, pudieron desquitarse de una semana que no había sido ni mucho menos fácil, con el tropiezo en Mestalla y el empate en el último suspiro ante la Lazio.
Se habla mucho de los goles de Morata y Griezmann, y con razón, porque los tres fueron de cabeza, una faceta del juego que al conjunto rojiblanco se le estaba atragantando en los últimos años. Pero no se está hablando, como se merece, del partido de Saúl Ñíguez.
El ilicitano ya mostró una mejoría notable en el último tramo de la temporada pasada, donde, además, acabó viendo puerta en un par de ocasiones. A pesar de su mejoría, que también quedó plasmada en la pretemporada, el jugador rojiblanco estuvo en la rampa de salida prácticamente hasta el último minuto. Pero Saúl lo tenía claro: se quería quedar y ganarse un puesto en el 11 de Simeone.
En las primeras jornadas, ya fue una de las sorpresas agradables del inicio liguero del Atlético, después de unos años donde el ilicitano no se encontraba con su mejor versión, parecía estar volviendo a encontrarse cómodo sobre el verde, a participar, crear peligro… Y ayer en el derbi, demostró que, exactamente, Saúl quiere volver a su mejor versión.
El ilicitano dio las asistencias del segundo y el tercer gol, el primero de Griezmann y el segundo de Morata, con dos centros medidos a la cabeza de sus compañeros, que acabaron con el balón en el fondo de las mallas. Pero no solo fueron las asistencias. Saúl estuvo participativo durante todo el duelo, haciendo de la banda izquierda un fortín, acompañado por Lino.
Estuvo atento en las acciones en las que el Atleti tuvo que defender, se mostró confiado, pidiendo el balón, y creando ocasiones de peligro. Es más, el ilicitano pudo haber marcado el 3-0, pero se topó con Kepa, que le desbarató la ocasión. Pero yendo más allá de las ocasiones de peligro, o las asistencias, el partido del ilicitano fue, sin duda, de los mejores que ha disputado en el último año.
Tuvo un 92% de acierto en el pase, dando 22 de los 24 pases que intentó correctamente. De los 3 centros que puso, dos acabaron en gol. Creó dos grandes ocasiones, una de gol. En cuanto a los duelos, ganó 5 de los 9 que disputó en el suelo. Tan solo perdió 7 posesiones, completó 3 despejes, y bloqueó tres disparos del conjunto blanco (Datos sacados de Sofascore).
El partido de Saúl fue el más completo de sus últimas temporadas, y justo la noche en la que cumplió 300 partidos en Liga con el Atlético de Madrid. Ahora que ya no es parte del casting para cubrir el puesto de carrilero izquierdo, función que desempeñaba Carrasco, el ilicitano, con la lesión de Lemar, tiene la oportunidad de demostrar al Cholo, y a los aficionados, que está muy cerca de su mejor versión. Esa que parecía lejos de volver, pero que ahora, está cada vez más cerca.