La cabeza de Morata 

El delantero se reivindica con dos testarazos y sigue con su gran estado de forma 

5 goles en 5 jornadas, es lo que lleva el ariete desde el inicio de la campaña, el derbi del pasado domingo dejó claro los motivos que ha tenido el Atlético de Madrid para quedarse y no desprenderse de Álvaro Morata. Hizo el partido que Diego Pablo Simeone y su equipo necesitaba ante el eterno rival. Bajando a recibir, presionando, ganando duelos aéreos y lo más importante, siendo letal en el área, mandando al fondo de la red dos grandes centros de Lino y Saúl

Tras la lesión de Memphis en Vallecas, se ha hecho con el puesto de titular a base de trabajo y constancia. Trabajo que el Metropolitano apreció y recompensó con una gran ovación en el momento de su sustitución. 

Durante todo el verano se habló de su venta y estuvo en la rampa de salida hasta casi el último día, llamaron a su puerta desde Italia, Arabia… pero tras una conversación con Simeone y Gustavo López de 20 minutos en Seúl (durante la pretemporada), se quedó y renovó a la baja hasta 2026. Le puso una meta de 18 tantos, cinco más de los que metió la temporada pasada, siendo el pichichi del equipo por detrás de Antoine Griezmann (15)

No ha sido fácil para el delantero, ha sufrido multitud de críticas tanto en el Atlético de Madrid como en la Selección Española, a pesar de ser el primer capitán y proclamarse como el máximo goleador histórico en todas las categorías.

No ha jugado, no ha puesto una mala cara, se ha mantenido en silencio hasta llegar a ganarse el respeto de su afición, gracias a su cabeza y a su mentalidad. “Me siento más importante que otros años. Tengo muchísimas ganas de ganar algún título con la camiseta del Atleti”, declaró tras el encuentro, haciendo notar que se siente un jugador vital en la plantilla. 

Hacía 24 años que un jugador rojiblanco no metía un doblete en un derbi liguero, desde 1999, cuando con dos goles de Hasselbaink y uno de José Mari se imponía con 1-3 en el Santiago Bernabéu. Fernando Torres en enero de 2015 lo realizó en la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey y Diego Costa en Tallin, en la victoria de la Supercopa Europea en 2018. Y tenemos que retroceder hasta 1989 para ver un doblete como local, en este caso Baltazar, que hizo un triplete en el empate 3-3. 

Con esto se ve la importancia de la victoria, hacía mucho tiempo que la afición rojiblanca no se daba un festín así, en casa y contra el Real Madrid, que acabó el encuentro desquiciado debido al gran planteamiento que tuvieron en contra.

Por momentos se sentía al Vicente Calderón, esa caldera que era un jugador más y que metía el primer gol en las grandes noches. Para muchos es solamente una victoria, tres puntos, pero para todos los colchoneros es un respiro, una bocanada de aire fresco que les ayudará a llevar mejor la temporada y a volver a ilusionarse con quién sabe algún momento de gloria. 

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4 Comments
  1. Has hecho que el fútbol sea interesante incluso para las personas que no estamos familiarizadas con el tema

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