El mediocampista inglés apareció al rescate de un Atleti que naufragaba en Vallecas
Vallecas aprieta asiduamente, sobre todo cuando rivales de gran consideración mediática pisan su césped. El FC Barcelona de Hans Flick, venga al caso, sufrió más de lo pronosticado para darle la vuelta al partido y hubo de vitorear a su héroe Dani Olmo; el Osasuna sucumbió y apenas pudo plantarle cara a un Rayo en modo apisonadora; y el Atleti, desdibujado durante casi todo el primer acto, desperdició sus balas. Isi Palazón despertó a los rojiblancos, que salieron frivolizados a un encuentro de máxima efervescencia y dinamita, donde los goles son puntos y las ocasiones no se pueden errar.
Puesto que LaLiga EA Sports se suele ganar en las primeras vueltas, son estas las citas que se han de subrayar con especial fluorescente. Simeone encaró el mal clima con buena pragmática al descanso, introduciendo a Griezmann y Correa y juntando a sus hombres para construir un once con más empaque. También hubo de lamentar el técnico argentino la lesión de César Azpilicueta, quien salió por Josema Giménez. En el minuto 49′, una veloz cabalgada de Sörloth al espacio le sirvió al noruego para marcharse de Batalla en velocidad, y, con una carambola, asistir a Conor Gallagher. El inglés simplemente hubo de transformar lo difícil en eficaz y vestirse de goleador una vez más: ejecutó con firmeza un disparo medido al palo izquierdo y conquistó las redes con entereza.
Y bien, hacer de Shakespeare significa ganarte a toda una afición, que mantiene un vacío inconmensurable de tono inglés (Kieran Trippier), y liderar el eje de un colectivo, pero… ¿qué puertas abre Conor Gallagher siendo la llave del Atleti? Todas. El fichaje del británico atrajo todo tipo de juicios dentro y fuera de la afición rojiblanca, sobre todo internamente. Y, para más inri, la contratación del ex del Chelsea produjo un efecto rebote que alejó del Atleti a Joao Félix y Samu Omorodion. Fue todo un guiñol entre directivas con el objetivo de sanear cuentas y reestructurar plantillas. Pero al final, Conor ha caído de pie y da nombre al sentimiento rojiblanco de coraje y honor.
Gallagher es una flor de asfalto, o como diría el bueno de Rapsusklei: «el jardinero del jardín de las delicias», que consigue enternecer cada pase y dibujar el horizonte en cada disparo. Conor es el jugador ‘cholista‘ a su imagen y semejanza: combina todas las aptitudes favoritas de Simeone además de poder presumir de su propio aura. Candente cuando se requiere y frío en momentos de fervor. Probablemente sea el jugador base para construir un proyecto ambicioso de futuro en el Manzanares. Junto a él, la dirección deportiva del Atlético de Madrid tiene que proteger a Barrios y Llorente, además de intentar conseguir a un constructor (ojalá procedente del Cerro del Espino). Para ganar hace falta hacer poesía, así que dejen garabatear al Shakespeare de Simeone.