Celta de Vigo y Getafe se vieron las caras en la jornada 9 de la Liga EA Sports, en un duelo muy importante para ambos. El Celta buscaba su primera victoria de la temporada, mientras que el Getafe buscaba la primera victoria fuera de casa. Al final, ni uno ni otro consiguieron llevarse la victoria, a pesar de la superioridad del Celta sobre el césped.
Mayoral sigue de dulce ante el Celta
El duelo comenzó con mucha intensidad, y cuando llevábamos apenas un minuto y medio de juego, llegó el gol del Getafe. Borja Mayoral abrió la lata para los suyos, ante una de sus víctimas favoritas desde que aterrizó en Getafe.
El madrileño aprovechó un gran pase de Diego Rico, ganó la espalda a Unai López, y definió ante Ivan Villar, adelantando a los suyos en la primera que tuvo. Durante la primera mitad, el de Parla estuvo muy activo, buscando constantemente la portería del Celta. Terminó los primeros 45 minutos del duelo con un gol y una asistencia, la asistencia en el 1-2 de Greenwood.
Un penalti y un empate con polémica
La polémica solo tardó 13 minutos en llegar. Sánchez Martínez se fue al VAR para pitar penalti de Maksimovic, tras una acción muy difícil de ver. El penalti lo tiraría Iago Aspas, pero el disparo se iría directo al palo.
Llegados al minuto 23 de juego, Mamba puso el empate en el marcador, aprovechando una buena contra del conjunto celeste. El jugador celeste se adelantó a la defensa, controló, y puso el balón donde David Soria poco pudo hacer.
Eso sí, el gol no estuvo exento de polémica, pues el Getafe pidió una falta al inicio de la jugada sobre Carles Aleñá, que se aquejó de un golpe en un salto. Las protestas de los azulones, hoy de rojo, y el gol subió finalmente al marcador, poniendo el 1-1 en el electrónico.
Una roja en 29 minutos
La polémica no se quedó simplemente en el penalti y en el 1-1. En el 29, Domingos Duarte vería la segunda amarilla en cuestión de minutos, tras un agarrón a Larssen. Los azulones no entendieron la decisión de Sánchez Martínez, puesto que ambos se iban agarrando. Pero de nuevo las protestas sirvieron de poco, y el Getafe se quedó con uno menos a la media hora de juego.
Dos goles en 10 minutos y un alargue de 7
El partido tras la expulsión se volvió loco, y el Getafe, con 10, encontró el 1-2 en el marcador cuando quizá muchos esperaban que fuese el Celta el que empezase a mandar. Mason Greenwood adelantó al Getafe tras otra buena acción individual de Mayoral, que la puso al centro del área, y el inglés llegó a un balón al que Mata no llegó, marcando su primer gol con la camiseta azulona.
Apenas 9 minutos después, el conjunto de Benítez volvió a poner, de nuevo, la igualdad en el marcador. Tras una buena jugada colectiva, el Celta acabó encontrando el gol, de las botas de Larssen, que aprovechó el rechace que dejó David Soria tras sacar una gran parada en la primera jugada a Iago Aspas.
Larssen, el puñal del Celta que mereció más
Uno de los hombres del partido, sin duda, fue Strand Larssen. El jugador celeste no dejó de participar en todas las ocasiones posibles, siendo un auténtico dolor de cabeza para un Getafe que por momentos, no sabía por dónde le llegaba el peligro. El jugador noruego fue el mejor de su equipo, creando constantemente peligro, que tuvo más de una ocasión para aumentar el resultado, y para aumentar su cuota goleadora.
En la segunda mitad, tuvo dos muy claras, una se fue por muy poco, y la otra se encontró con un David Soria salvador para los suyos. Pero el partido del noruego fue un espectáculo, acallando esas voces que por momentos aparecieron alrededor de su fichaje.
Soria, salvador para los suyos
El portero madrileño fue también uno de los protagonistas de un partido que tuvo de todo. El portero azulón fue salvador para los suyos, sacando paradas casi imposibles cuando peor lo estaba pasando el Getafe.
En el 79, sacó una doble parada de gran mérito. Primero a Strand Larssen, tras un cabezazo increíble a pase de Iago Aspas, y después, tras el saque de esquina, a Sotelo, con un disparo fuerte desde dentro del área, con el que también tuvo que volar para sacarla. El cancerbero azulón, a pesar de la minoría de su equipo sobre el verde, no tuvo excesivo trabajo, pero apareció cuando más lo necesitaba el equipo, para mantener el empate en el marcador.
Tuvo que volver a aparecer en el 93, para hacerle una parada muy meritoria a Iago Aspas, en los últimos minutos del duelo, salvar de nuevo al Getafe, y amargar la noche al Celta, que ya no sabía cómo hacerlo para llevarse el duelo.
