Bellingham y Vini dieron una exhibición en la noche de Champions y callaron todas las bocas que apuntaban a una mala relación entre ambos
Martes 3 de octubre, 21 horas, Estadio Diego Armando Maradona, todas las miradas del mundo del fútbol apuntaban a Nápoles. Allí estaba a punto de comenzar a rodar el balón en el encuentro más atractivo de la segunda jornada de la Champions League.
S. S. C. Napoli y Real Madrid se veían las caras en un choque que, sin lugar a dudas, determinaría la clasificación del Grupo C de la UCL. El conjunto local no había comenzado de la mejor manera la temporada, es cierto, pero en sus dos últimos encuentros disputados parecía haber vuelto a entonarse, tanto es así, que en cada uno de ellos había goleado anotando 4 goles. Por su parte, el conjunto madridista, tras el varapalo del derbi, parecía haber logrado reponerse venciendo contundentemente en Montilivi y recuperando el liderato de LaLiga.
Una dupla que hace temblar a Europa
Dejando el contexto de lado, cuando el esférico comenzó a rodar, los muchachos de Carlo Ancelotti se impusieron futbolísticamente y dejaron patente su superioridad desde el primer minuto. No obstante, este dominio sirvió de poco, puesto que en el minuto 20, un error de Kepa y un tanto de Ostigard pusieron por delante al conjunto local.
En ese momento, en ese preciso momento, dos futbolistas entendieron que había llegado su momento. El momento en el que muchos agachan la cabeza y otros pocos deciden asumir galones, echarse el equipo a las espaldas, pedir balón y hacerle saber al mundo entero que están dispuestos a marcar una época en este deporte.
Tras el tanto napolitano, Jude Bellingham y Vini Jr ofrecieron un auténtico recital ofensivo de juego entre líneas, química entre ambos, entendimiento casi sin mirarse y, sobre todo, una conexión especial entre dos futbolistas que provoca que el resto de Europa ya tenga pesadillas con la decimoquinta que parece venir en camino.
Mucho más que una imagen
Apenas siete minutos después de que el Nápoles abriera la lata, Bellingham aprovechó un error en la salida de balón local, habilitó a su socio brasileño y el nuevo ‘7’ blanco expuso una pausa digna de los mejores jugadores del mundo para batir a Meret y poner las tablas en el luminoso.
El gol de Vini dio alas a un Real Madrid que volvió a meterse en el partido y no solo eso, sino que comenzó a hostigar continuamente la meta local hasta que, finalmente, en el 34’ del primer acto, Jude se vistió de Diego y fue superando rivales, como si de conos se tratase, para acabar dando un pase a la red y anotar uno de los goles más bonitos de esta edición de la Champions.
La celebración de Bellingham, como no podía ser de otra manera, fue la de siempre. Jude se abrió de brazos en casa de Maradona, pero esta vez tuvo un fotógrafo muy especial que quiso capturar la instantánea del inglés. Este cámara al que me refiero no es otro que su compañero, amigo, hermano y socio sobre el verde Vini Jr.
Este festejo entre ambos supone mucho más que una foto para el recuerdo. Supone una postal de familia; una imagen que demuestra la unión indestructible de un vestuario; refleja un grupo de jóvenes con ganas de comerse el mundo; y, sobre todo, le enseña a Europa que hay una dupla que ya ha enamorado a Madrid y que tarde o temprano serán historia de este deporte marcando una era, su era, mano a mano, foto a foto, gol a gol y, sobre todo, sin celos ni envidias.
