Durante el comienzo de la temporada se ha podido ver como tanto Simeone como Deschamps han dado descanso Griezmann en sus partidos.
El final de temporada de Antoine Griezmann fue muy discreto en comparación con el gran comienzo que tuvo, y este bajón no fue solo en números, sino en nivel de juego. Tuvo mucho que ver con la acumulación de tantos minutos tanto con el Atleti como con la Selección Francesa. Incluso, hizo que perdiera el puesto de titular en los últimos partidos de la pasada Eurocopa ante Polonia y España.
34 años son los que tiene el jugador francés, 10 años desde su fichaje por el club colchonero en el verano de 2014. Un comienzo difícil, una “mili” que deben pasar todos los nuevos fichajes de Diego Pablo Simeone, pero que tuvo como resultado una relación que parecía predestinada.
Ya quedan lejos los balones al espacio para que el 7 corra, o las carreras desde propio campo conduciendo el balón para plantarse en mano a mano con el portero o las vueltas tras una pérdida de balón que hacían que el aficionado del Atlético de Madrid se enorgulleciera con el trabajo de su jugador.
Ahora vemos a un Griezmann más encaminado a la creación de juego, más lejos del área contraria, bajando atrás a recibir, y siendo el pilar fundamental de la parte ofensiva del equipo. A pesar de los años, el francés es el jugador más diferencial que tiene el Atlético de Madrid.
Temporada de récord
Durante la pasada temporada Antoine Griezmann consiguió uno de los objetivos que estaba persiguiendo desde su vuelta, tras su paso fallido por el FC Barcelona. Ser el máximo goleador de la historia del Atlético de Madrid.
173 goles era la marca que hasta entonces tenía una de las máximas leyendas, no solo del club rojiblanco sino del fútbol español como es Luis Aragonés. Un hecho muy curioso y que deja palpable la relación de Griezmann y el Atleti es que, en el día del fallecimiento del Sabio de Hortaleza, en el homenaje que le brindó el Vicente Calderón, en el equipo contrario jugaba un joven zurdo francés. Ese era Antoine Griezmann, y quién se iba a pensar que ese “chaval rubito” iba a ser el que superaría al recién fallecido y se proclamara como el máximo goleador de la entidad colchonera.
Ante el eterno rival, dejando “sentado” al que en 2018 le arrebató, para muchos injustamente, el Balón de Oro, como lo es Luka Modric y llevando las manos al cielo en su celebración, superó un récord que quedará marcado en la historia.
Momento de dosificar
Tras la lesión en el tobillo en Milán, en la ida de los octavos de final de la Champions League ante el Inter, se vio al francés con una marcha menos y con signos claros de que no había vuelto al 100%.
Esta pretemporada hemos visto como realizaba trabajo en solitario, a parte de sus compañeros con el objetivo de llegar al máximo nivel. Se quedó fuera en varios amistosos y no ha completado los 90’ en ninguno de las cuatro primeras jornadas del campeonato liguero.
Esto también lo ha dejado ver el seleccionador francés, Didier Deschamps. En el partido ante Italia jugó 77’ y ante Bélgica tan solo se le pudo ver 11’. Dejando atrás los momentos en los que completaba los 90 minutos cada partido.
Lleva encadenando varias temporadas superando los 50 partidos entre club y selección y con el calendario que le llega al Atlético de Madrid con Liga, Copa del Rey, Champions League y Mundial de Clubes, es un momento de administrar con cerebro la carga de minutos para llegar con el mejor nivel a la recta más importante de la temporada.
Antoine Griezmann, un tipo que supo pedir perdón, que no rechistó cuando solamente podía jugar 30’ minutos por partido por temas económicos, que tan solo agachó la cabeza y trabajó. Y que ha dejado más que claro que las segundas partes cuando ambos están comprometidos son buenas. Quién sabe si este es su último año en el Metropolitano, eso solo el tiempo lo dirá.
