La niebla derramada sobre el estadio Reino de León, los 9.156 espectadores y la dinámica positiva que venía arrastrando la Cultural Leonesa presagiaban una tarde épica de fútbol en una ciudad que volvía a teñirse de blanco y rojo. Y es que, tras varias temporadas sin un rumbo fijo en la Primera Federación, los aficionados culturalistas necesitaban un ápice de buen juego para derramar su pasión sobre el equipo y, juntos, volver a soñar con lo más alto.
Duelo por todo lo alto en León
Más allá del contexto, el conjunto dirigido por Raúl Llona necesitaría un gran rendimiento futbolístico para tumbar a un Barça Atlètic que también llegaba en racha, con cinco triunfos consecutivos y en la segunda plaza, solo por detrás de la propia Cultural. De hecho, en la primera mitad del choque, los culés sacaron a relucir su calidad a la hora de mover el balón de un lado a otro, poniendo en peligro la portería de Miguel Bañuz en algunos momentos, aunque sin acabar de generar todo el peligro que debían con tanta posesión.
Al descanso, las sensaciones eran mejores para los de Raúl Márquez, pero, en el estado en el que se encuentra actualmente la Cultural Leonesa, se necesita más que eso para ganarles. Comenzó la segunda mitad y, antes de que muchos aficionados regresaran a su asiento, Escudero puso el primero para los locales, haciendo olvidar todo lo ocurrido durante el primer tiempo. Por si fuera poco, diez minutos después duplicarían su ventaja con una pena máxima transformada por Martín Solar. A pesar del gol culé que acercó al bando visitante en el marcador, la alegría de los catalanes no duró más de dos minutos hasta que Samanes marcó el tercer y definitivo tanto.
Una victoria de más de tres puntos
Así, la Cultural y Deportiva Leonesa volvió a ganar, por quinta vez consecutiva, y se colocó, una jornada más, líder en solitario de la Primera Federación. Pero, más allá del resultado y de lo que significaba en cuanto a la clasificación, esta victoria trasciende de lo deportivo. Es un triunfo que quita peso de encima a un club que, durante los últimos años, no había conseguido crear una comunión con la afición. El día en el que el Reino de León volvió a confiar en su equipo con la mayor entrada de la temporada, la plantilla dio un golpe sobre la mesa y demostró que no es casualidad la posición actual de los de Raúl Llona y el rendimiento que viene desarrollando en los últimos dos meses.
Raúl Llona, el gran culpable
Gran parte de culpa de que esto suceda la tiene el técnico culturalista, que ha conseguido implantar su sistema de juego y ayudar a los jugadores a que se adapten a él de la mejor forma posible. Tras dos jornadas repitiendo once y obteniendo victorias con él, hoy salió ante el Barça Atlètic con un solo cambio. Con esto, demuestra que ya ha encontrado su once tipo a pesar de los condicionantes, con recambios de garantías para ayudar al equipo en la segunda mitad.
El técnico, tras el partido, habló ante los medios sobre la situación actual de sus jugadores y de la afición: «Quiero felicitar a la afición y a los jugadores. Empezar el partido con nueve mil personas es un gran aliciente. También quiero felicitar a mi equipo, había jugadores que tenían que hacer grandes esfuerzos y han creído en todo momento. Para un entrenador, el poder ver que en tu casa tenemos a nuestro público y encima tus jugadores intentan seguir a la perfección lo que tú has planteado, es un motivo de satisfacción».