El Real Madrid, sin fútbol ni intensidad, saca un gran resultado de Leipzig a través de un Brahim estelar y un Lunin salvador
Era martes 13, sí, pero volvía la Champions y, sobre todo, volvía el ‘Rey de Europa’ a su competición fetiche, así que aquel día maldito para muchos, se convertía en una fiesta para todos los amantes de este deporte.
Los octavos de final de la máxima competición continental a nivel de clubes enfrentaban a Leipzig y Real Madrid en un Red Bull Arena lleno hasta la bandera. El feudo alemán llevó en volandas a los suyos para dar ese arreón inicial que sorprendió, y mucho, a los chicos de Ancelotti.
El árbitro y Lunin salvan al Madrid en la primera parte
Apenas acababa empezar el encuentro cuando se evidenció que los dos equipos no habían entrado al encuentro con la misma intensidad. Mientras que los locales salieron con todo para aprovechar el aliento de los suyos e intentar dar la sorpresa; al conjunto madridista le costó asentarse en el partido y eso le costó un gran susto en los primeros minutos. Una de las primeras acciones del choque concluyó con el primer gol germano que, incomprensiblemente y para fortuna de los merengues, acabó siendo anulado.
A partir de ahí, lejos de provocar una reacción en los muchachos de Carletto, los locales continuaron mostrándose infinitamente superiores, mientras Ancelotti se desesperaba en la banda implorando que sus futbolistas despertaran de una vez por todas. Media hora necesitó el Real Madrid para espabilar o, al menos, dejar de cometer errores no forzados. El paso de los minutos hizo que el Leipzig rebajara su intensidad inicial y el cuadro de Chamartín continuó sin terminar de encontrarse ni generar peligro en la meta enemiga. Asimismo, el colegiado fue el gran protagonista de los primeros 45 minutos por sus flagrantes errores en favor de los blancos.
Brahim Díaz, la cara y la cruz en la segunda parte
El segundo acto comenzó prolongando la tónica predominante en la primera parte. Al conjunto visitante no le sirvió el paso por vestuarios para reencontrarse futbolísticamente y el Leipzig volvió a mostrarse superior. Sin embargo, cuando peor pintaban las cosas para el Real Madrid, apareció un chaval que, por complejo que parezca, es suplente en este equipo. Brahim Díaz volvió a ponerse la ’10’, sacó el sombrero y la chistera, sorteó a cualquier adversario que le salía al paso y acabó anotando uno de los mejores goles de la temporada. Imaginen, imaginen el nivel de competencia en un club como el Madrid para que este chico no sea indiscutible en el once; imagina llamarte Brahim Díaz, ser el mejor futbolista español del mundo, y no ir convocado con la selección… solo imaginen.
Pues bien, el gol de Brahim, a pesar de no provocar un cambio drástico en el juego del conjunto visitante, sí que propició que el Leipzig diera un paso al frente y se generaran una multitud de espacios a las espaldas de la zaga germana. Teniendo todo ello en cuenta, el cuadro merengue tuvo contraataques de sobra para sentenciar el partido e, incluso, la eliminatoria. El más claro de todos tuvo como protagonistas a Brahim Díaz y Vini Jr. El ’21’ condujo la contra y acabó asistiendo al ‘7’ para que el brasileño se inventara una jugada increíble, recortara y definiera con el exterior en lo que pudo haber sido el segundo golazo de la noche.
Finalmente, el partido concluyó mientras se calentaba por momentos y, sin duda, la peor noticia para el conjunto blanco además de su juego en la noche de hoy fue la lesión de un Brahim Díaz que, tras dar la victoria a los suyos, se marchó lesionado del terreno de juego.