La copa del rey vuelve a desplegar su mapa más imprevisible este jueves, y lo hace allí donde el fútbol deja de ser un producto y vuelve a ser una historia. Ourense y Athletic Club se citan en un partido que no entiende de presupuestos ni de jerarquías, sino de emociones, pasión y orgullo.
El Athletic y la Copa: un romance escrito a base de cicatrices
Si hay un torneo que entiende el ADN rojiblanco, ese es la Copa del Rey, su competición fetiche. El Athletic no la mira con condescendencia ni con rotaciones frías: la mira a los ojos. La respeta porque la ha sufrido. Porque la ha ganado. Porque la ha llorado.
Este jueves, lejos de San Mamés, el conjunto bilbaíno vuelve a pisar uno de esos escenarios donde la camiseta pesa menos que el césped, donde el rival corre con el corazón por delante y donde cualquier error se paga con silencio o con ruido… nunca con indiferencia. Aquí no hay himnos ensordecedores ni focos de Champions. Hay hambre.
En una eliminatoria que ya llega «calentita» por las declaraciones del alcalde Gonzalo Pérez Jácome, el Athletic Club afrontará dicho compromiso con seriedad absoluta, así lo ha manifestado Ernesto Valverde en rueda de prensa, al insistir en respetar al máximo al rival y destacar que, tiene todas las herramientas para hacer daño a sus dirigidos.
A pesar de ello, se espera que Valverde salga con un once inicial que combine juventud y jerarquía en el engramado de O Couto, pues se estima dará minutos a algunos jugadores menos habituales tal es el caso de Alex Padilla en la portería o Urko Izeta quien apunta a saltar de titular en el ataque.
Ourense: cuando el sueño no entiende de categorías
Para el Ourense, este partido no es una eliminatoria más. Es una noche para contarlo durante años, para medir fuerzas contra un gigante histórico del fútbol español, para demostrar que en la Copa el escalón competitivo se difumina cuando el balón empieza a rodar.
Jugar contra el Athletic es enfrentarse a una camiseta con historia, sí, pero también es una oportunidad para reescribir la propia. En estos partidos no hay presión: hay valentía. No hay obligación: hay ilusión. Y eso, en la Copa, suele ser un arma peligrosísima.
El Ourense no necesita dominar. Necesita creer. Y creer, en este torneo, suele bastar para sembrar dudas en el favorito.
El cuadro gallego viene demostrando que está dispuesto a vender cara la derrota y no por nada es el «matagigantes» de esta edición de Copa, donde ya ha dejado en el camino a dos equipos de primera división, como el Oviedo y el Girona.
Posibles alineaciones
Ourense FC: Alberto Sánchez; Miguel Prado, Fran Carmona, Adrián Pérez, Hugo Sanz; Yuste, Jerín Ramos, David Muñoz; Adrián Guerrero, Bouzaig y Ouhdadi.
Athletic Club: Padilla, Gorosabel, Vivian, De Luis, Lekue; Rego, Unai Gómez; Iñaki Williams, Selton, Nico Serrano; y Urko Izeta.
El partido que se juega en la cabeza
El Athletic llega con una misión clara: pasar. Sin adornos. Sin romanticismos excesivos. Porque la Copa no perdona despistes y porque el margen de error es mínimo. El reto no es solo futbolístico, es mental.
Gestionar el ritmo, entender el contexto, resistir el empuje inicial y evitar que el partido se convierta en un terreno emocional favorable al local. Cada minuto que pase sin abrir el marcador será gasolina para el Ourense. Cada balón dividido será una final. Cada saque de banda, una declaración de intenciones.
Es el tipo de encuentro donde el primer gol no da tranquilidad, sino control. Donde marcar pronto no es una ventaja, sino una obligación. Y donde encajar primero puede abrir una grieta difícil de cerrar.
La Copa convierte cualquier campo en una trinchera.
La Copa como espejo
Este Ourense – Athletic no decidirá títulos, pero sí relatos. Para el conjunto gallego, la posibilidad de una noche eterna y seguir sumando victimas de calibre. Para los rojiblancos, la responsabilidad de honrar una competición que forma parte de su identidad.
Porque el Athletic no solo juega contra un rival inferior sobre el papel. Juega contra la historia de la Copa, contra sus fantasmas y contra esa verdad incómoda que siempre flota en el aire: aquí cualquiera puede caer.
Cuando el balón eche a rodar
Cuando el árbitro dé la señal, el Ourense correrá con el alma. El Athletic, con la memoria. Y entre ambos, un balón que no entiende de escudos ni de presupuestos, solo de goles y de noches que nadie olvida.
La Copa del Rey no pregunta quién eres. Te observa. Te espera. Y, si te equivocas, te devora.
