El equipo catalán compitió cara a cara con un Liverpool que solo pudo batir a Gazzaniga desde el punto de penalti. Salah no perdonó y decantó un choque frenético de dos conjuntos que brindaron un cara a cara muy igualado
Girona vive un sueño del que no quiere despertar por mucho que los resultados no estén acompañando. El himno de la Champions sonando en Montilivi es el premio para un club que está haciendo historia. Desde visitar el Parque de los Príncipes a recibir al Liverpool en el Anfield catalán.
Primera parte: fuerzas igualadas
Nada más y nada menos que al líder de Europa y de la Premier League, el cual mostró sus respetos sin reservarse nada. Arne Slot salía con todo y desde el principio acorraló a los rojiblancos. De hecho, antes de los cinco minutos, Joe Gómez demostraba el poderío físico red con un cabezazo, tras un saque de esquina, que repelió Gazzaniga. El arquero mantenía a los suyos con otra intervención ante Darwin Nuñez; el asedio era asfixiante.
Sin embargo, la primera clara de la tarde la tendría Francés. El lateral remató un centro de Miguel Gutiérrez, Blind no pudo contactar con el balón y finalmente la ocasión quedó en nada y entre las piernas de Alisson. El ritmo del primer cuarto de hora era frenético y el Girona lograba transiciones rápidas, pero le faltaba concretar. De nuevo Miguel Gutiérrez, y Bryan Gil probaron fortuna, pero el primero chocó con el portero, y el segundo la mandó a la grada.
Las jugadas de estrategia amenazaban al conjunto de Míchel y los contraataques a los británicos. Los catalanes se mostraban sólidos en bloque bajo y en defensa posicionada, dejando poco espacio entre líneas. Con valentía y personalidad, arriesgaban en la salida de balón desde atrás, fiel a su identidad.
Poco a poco las fuerzas se iban igualando y Asprilla sacaba la barita para poner contra las cuerdas al Liverpool, pasada la media hora. Aún así, los ingleses reaccionaron con dos acercamientos de un Darwin desacertado. El choque se rompía en un espectáculo para el espectador y Asprilla fusilaba para que Alisson se luciera. En un visto y no visto, el frenesí solo pudo detenerlo el colegiado señalando el túnel de vestuarios, mientras la afición arengaba a los suyos y creía.
Segunda parte: Salah no perdona
El segundo tiempo arrancaba del mismo modo, es decir, sin tregua; con Danjuma perdonando e inmediatamente Salah desbordando. El ex del Villarreal casi emuló a Maradona poco después, pero de nuevo su definición fue precaria. El Liverpool recurría a los centros laterales de Robertson y Arnold, pero Juanpe y Krejčí alejaban el peligro de cabeza. Hasta que Luis Díaz recogió un despeje dentro del área y Van De Beek cometió penalti sobre el colombiano. Salah no perdonó desde los once metros y en el 63′ ponía el 0-1 engañando a Gazzaniga.
Los visitantes se adueñaron de la posesión, pero Slot no tenía bastante y daba entrada a Gakpo por Darwin Nuñez. Mientras tanto, Michel apostaba por Stuani y Portu en lugar de Danjuma y Bryan Gil. La contienda permanecía abierta, pero el Girona acusaba el esfuerzo y llegaba tarde a los duelos.
El entrenador madrileño llamaba a Iván Martín y Jon Solís para dar descanso a Van De Beek y Blind. Por su lado, el míster neerlandés escogía a Harvey Elliot y retiraba a Curtis Jones del césped. A falta de diez minutos para el final, el conjunto gironí se veía impotente e incapaz de igualar el electrónico, pero la hinchada continuaba alentando. A punto estuvo de sentenciar Alexander Arnold, pero otra vez Gazzaniga se interponía. A pesar de la gran actuación del guardameta argentino, éste no pudo evitar la derrota de un Girona que cayó con honores y peleó hasta el final.