Tras dos derrotas en las finales de Champions de 2019 y 2021, el Barça a la “tercera” oportunidad se venga y revalida su condición de campeón
San Mamés albergó, por primera vez en su historia, una final europea que prometía goles por su historial, pero que acabó entregando un duelo marcado por la garra y el pundonor.
Las guerreras de Jonatan Giráldez, con sed de venganza, batieron en territorio español al club más laureado de la competición y a su mayor rival a nivel continental.
Y es que las blaugranas sometieron al cuadro galo tanto dentro como fuera del campo. Jugar en España las hizo sentir locales en todo momento (hasta 40.000 culés se desplazaron a Bilbao), además de la verticalidad propuesta desde el primer silbido del encuentro.
Primera parte: el Barça pone la música y Hansen la jarana
Hay un modus operandi que tiende a repetirse en Can Barça durante cada partido. Hablamos de Caroline Graham Hansen, la ‘10’ del FC Barcelona y la mejor futbolista en la ofensiva azulgrana. La noruega, insaciable esta temporada (27 goles y 25 asistencias en 32 partidos), no se escondió en la cita más importante del curso.
Y es que Hansen, candidata al Balón de Oro 2024, descosió tanto por dentro como por fuera a la zaga del Lyon, quien por instantes del encuentro se veía completamente vencido ante las habilidades de la noruega.
El Olympique Lyon, por su parte, sudó sangre para trenzar jugadas de peligro. Un par de acciones mediante envíos aéreos pusieron en un apuro momentáneo a la muralla culé, la cual acabó resistiendo ante los tímidos acercamientos de las francesas.
De hecho, se olía más cerca el 1-0 que el 0-1 a favor de las chicas de Bompastor. Fue Bacha en el 27’ quien mantuvo las tablas despejando un disparo de Guijarro sobre la línea. Desde entonces, más allá de un reclamado penalti por agarrón sobre Salma Paralluelo, el ritmo de la contienda se anestesió con el transcurso del cronómetro.
Jonatan anuló a Bompastor
El planteamiento del entrenador del FC Barcelona fue impecable durante un gran tramo del primer periodo. Las campeonas de España, mediante una línea defensiva adelantada y una eficaz presión tras pérdida, no dieron un suspiro a Les Gones, que en las dos últimas finales ante el Barça golearon desde los primeros compases del partido.
Además, a diferencia de en Liga F, el Barça no se pensó dos veces el uso del despeje de balón en ciertas ocasiones con tal de salir de su propio campo. Y es que, pese a tener un mayor control del encuentro, los centros envenenados del Lyon fueron un dolor de muelas para el Barcelona.
Segunda parte: Aitana apagó el incendio
Los primeros compases de la segunda mitad fueron del Lyon. El conjunto francés ingresó con más contundencia que las catalanas al terreno de juego y San Mamés llegó a silenciarse.
Sin embargo, Aitana anotó el 1-0 cuando el Barça empezaba a jugar con fuego. Una conducción endiablada y un disparo seco colisionado en Cascarino, supuso el primero de la Balón de Oro y una inyección de tranquilidad para las culés.
Acto seguido, la entrenadora del Olympique Lyon sacudió su esquema e introdujo a Majri por Cascarino como primera modificación para responder al golpe del Barcelona. Aunque de poco sirvió, ya que el Barça, a raíz del gol de Aitana, engrandeció cada vez más en la final.
En los últimos cinco minutos, Barça y Lyon cambiaron roles. Hegerberg, junto a otras tres ocasiones de gol de las francesas, pudo haber crispado la venganza azulgrana. No obstante, las vigentes campeonas de Europa supieron resistir las embestidas de las leonas, que abdicaron ante su némesis. Fue entonces cuando Alexia, recién ingresada al césped, puso el 2-0 y la sentencia definitiva. El FC Barcelona sigue reinando, al menos, un año más.