El combinado albiazul vuelve a salir victorioso del Nuevo Colombino y espanta los fantasmas del pasado con un gol de Luis Alcalde
Un nuevo paso al frente, seguro y esperanzado. Un paso con la firma de alguien que necesitaba frutos en su fútbol, en el momento más necesitado y con las energías renovadas. Hacia el frente se destina y con la confianza de que lo malo ya pasó. Las lagunas del infierno y el pozo acechaban, pero los 135 años de historia tienen un peso, y es que no muere tan fácil alguien que lo vivió todo y lo protagonizó el primero. Hablar de remontar situaciones no es algo sorprendente esta temporada, acostumbrados de vivirlo en múltiples ocasiones y de nutrirnos de ilusión, creencia y certeza cada vez que se asoma la ocasión. Si con anterioridad ya escribía sobre la oportunidad que tenía la plantilla de reencontrarse en este tramo de temporada, ahora estoy seguro de ello. No sólo permanezco en ese pensamiento, sino que vamos a presenciar un gran final de año.
Reconozco que te echaba de menos
Abel Gómez, quien desde su llegada a Huelva como entrenador del Decano nos ha brindado múltiples alegrías en las últimas temporadas, nunca había conseguido protagonizar cuatro victorias consecutivas en el feudo albiazul. No es casualidad, al menos yo no lo creo, pero si en algo creo es en las señales y ésta es una de ellas. Con un arranque muy desafortunado y múltiples dudas sobre el plantel y la figura del técnico, el Recre ha decidido vivir entre cuestiones y críticos para centrarse en resultados y trabajo. Fruto de ello, el combinado ha dejado a un lado el descenso de categoría y se sitúa a tan sólo cuatro puntos de la zona de promoción de ascenso. Impensable para los críticos y esperado para los creyentes, el objetivo nunca cambió pero las posibilidades de alcanzarlo aumentaron y de eso, gran culpa la tiene el sevillano.
La pasada jornada ante el Intercity en el Colombino, los de Abel Gómez firmaron el duelo que tenían que firmar, ganar o ganar. Ser resultadista debe de ser el camino mientras que la producción de juego sea favorable imponer un fútbol protagonista, eficaz y dinámico. Sería ideal y emblemático poder finalizar la temporada con dichos condicionantes que facilitarán el casillero verde, el de la victoria. Al igual que ideal, es de un valor de dificultad un tanto inalcanzable pero por lo pronto, quedémonos con el resultado. De nuevo una victoria de poder ante un rival que más allá de su situación en la tabla clasificatoria como colista, el Intercity demostró tener en sus filas muchísimo nivel y desparpajo ante bajas causantes. Saber competir y mantener la confianza hasta el cierre, trascendental. Luis Alcalde sonrió y desató a la afición, esa que necesita de alegrías ante una fidelidad incalculable y llena de amor recreativista.
La próxima parada es Valdebebas, en el corazón de España, llamado Madrid. Un territorio que ante las distancias respeten los leyentes, no se le ha dado nada mal al Recreativo. La última, una victoria de peso ante los de Raúl González Blanco con la obra de arte que protagonizó De la Rosa con una chilena para el recuerdo. Qué difícil es acordarte del pasado y no sonreír con ello. Recordar Madrid y el Real Madrid es recordar los Cazorla, Viqueira, Uche o Pongolle, aquella gesta con un final entrañable ante la tragedia. Viajamos esperanzados de fútbol y con el cuchillo entre los dientes. Cerrar el año con victoria en el feudo madridista y con la visita del Marbella al Estadio Nuevo Colombino, llenaría de alegría el comienzo del siguiente. Este Recre no es el mismo, es el que quiere ser. Un equipo ganador ante pronósticos. Con paso firme y certero, se acerca a la luz del túnel y yo, echaba de menos verte morder.