Las segundas partes nunca fueron buenas. Jorge Sampaoli tiene las horas contadas en el cargo de entrenador del Sevilla FC. Y sí, sería la segunda destitución de un entrenador en el club esta temporada, después de la marcha de Julen Lopetegui. En una temporada que ya empezó con más sombras que luces, nada ha podido ir a peor. La estrepitosa derrota de los hispalenses ante el Getafe este pasado domingo ha provocado la reunión de urgencia de los dirigentes sevillistas para determinar el cese del presente técnico. De hecho, según han podido informar los diferentes medios cercanos al club, la decisión ya está tomada a falta del acuerdo económico, quizás el mayor de los problemas.
La llegada del argentino al cargo provocó un cambio de ánimos y de mecanismos que revivió temporalmente a la plantilla. Los futbolistas comenzaron a creer en un estilo de juego complejo, con mucha necesidad de asociarse y de crear espacios a través de la posesión. A priori, es una táctica que puede salir bien con una mentalidad fuerte, pero la complejidad aparece con el factor de los nervios que vienen acompañando al equipo desde el principio de la campaña.
Este factor comenzó a acentuarse cuando el aire volvió a ponerse en contra. Desde hace algunas semanas, la plantilla dejó de creer en un entrenador que se mantiene firme a su idea, sin ninguna intención de cambiar a pesar de la evidencia de que algo no funciona. Las declaraciones de Marcos Acuña, Ivan Rakitic o Yassine Bono en los últimos encuentros solo han dejado aún más clara la brecha que existe entre los jugadores y el cuerpo técnico.
Este cúmulo de detalles acabarán por provocar, antes o después, el adiós de Jorge Sampaoli, que ha durado algo más de cinco meses al mando del cuadro rojiblanco. En estos momentos, los altos cargos de Nervión siguen buscando la formula para revivir al Sevilla FC, con dos nombres que destacan por encima del resto como son José Luis Mendilibar y José Bordalás.