El Athletic sueña con alzar su vigésimo quinta Copa del Rey pero, después de este 1-0 en contra en el Sadar, esta situación puede convertirse en pesadilla.
El elenco del Txingurri Valverde ha vuelto a dejar sensaciones negativas y esta vez lejos de San Mamés haciendo que salten las preocupaciones en la capital vasca.
La afición cree que, tanto el encuentro disputado contra el Girona, como el de ayer jugado en Pamplona, son indicadores de que hay una falta de motivación en la plantilla. El partido planteado por los de Valverde roza el suspenso si no hubiera sido por el apretón del final. Hemos visto a un Óscar De Marcos sufriendo mucho con las incursiones del internacional marroquí Abde, el único goleador de la noche.
La vuelta a los terrenos de juego de Iñigo Martínez no ha sido como se esperaba y, muy pocos creían en que iba a ser titular en un partido con tanto en juego. Si juntamos el mal planteamiento con la falta de intensidad nos da la clave perfecta para ver cómo no hay que jugar unas semifinales.
Lo positivo dentro de lo negativo ha sido el marcador, una ventaja de un solo gol da muchas esperanzas y San Mamés será el escenario donde saldrá uno de los finalistas. El Osasuna sueña más que nunca y un Athletic tocado confía en su afición para darle la vuelta a la tortilla y volver a pisar una final de Copa.
