Pellicer agita la coctelera malagueña, pero no gana

Entrenador nuevo, victoria segura; suelen decir, pero eso no se ha cumplido en El Molinón. Pellicer debutaba en Gijón frente a un Sporting que está intentando resurgir y decidió revolver el once de punta a punta.

“Banquillazo” a Rubén Castro y Febas como gran señal de la revolución que intentaba el técnico de Nules en su vuelta al banquillo malaguista. La vuelta de Bustinza o Fran Sol eran las grandes novedades, en lo que a la titularidad se refiere.

El equipo se mostró sólido en el campo y, salvo fallos contados de Burgos y algún balón esporádico a la espalda de los laterales, el equipo no sufrió en exceso. A partir de ahí el equipo fue tomando confianza, aunque el estado de forma del eslabón que sostiene al equipo, N´Diaye, le hizo parecer un equipo frágil a la hora de replegar.

Jozabed y Luis Muñoz fueron capaces de mover al equipo desde el centro del campo y fueron capaces de recordar al centro del campo de “los locos del salario mínimo”, aunque aún están lejos de aquel estado de forma.

Por otro lado está la cruz, ya que Fran Sol y Gallar hicieron un partido muy discreto, por lo que su inclusión en el once no sirvió para que se reivindicaran, sino que ambos fueron los primeros cambios por el bajo nivel que estaban dando. Es normal ya que Sol no salía de inicio en liga desde el 19 de noviembre, en La Romareda.

En lo extradeportivo, la afición volvió a protestar en forma de pancarta. “Málaga Cortijo de Fútbol” y “De Málaga a Gijón, Manolo dimisión” fueron los mensajes que aparecieron en los carteles que mostraban las decenas de malaguistas que se cruzaron la península para ver un nuevo empate malaguista. Según los propios aficionados, las pancartas fueron retiradas por la seguridad del estadio.

Veremos si Pellicer logra revertir la situación de un Málaga que sigue sumergido en el descenso de la categoría de plata del fútbol español. El conjunto andaluz ya se vio en esta situación la temporada pasada logrando salvarse del desastre en las últimas jornadas. Son ya cuatro partidos sin conocer la victoria y poco a poco la salvación se aleja, la reacción debe ser inmediata.