
Curioso caso el del Real Madrid, un equipo borracho de Champions League, pero que pasa de “copas”. Algo solo entendible en el contexto del conjunto blanco y es que se trata de un club donde es más fácil levantar una Copa de Europa que una Copa de España.
Este apasionante torneo es una competición que últimamente ha traído más desgracias que alegrías a Concha Espina. La última vez que los merengues levantaron al cielo la Copa de su Majestad fue en 2014, cuando Ancelotti aún no había terminado su primer año como técnico del Real Madrid. Por aquel entonces, Casillas todavía era el capitán, Cristiano la estrella y figuraban en el equipo nombres como Illarramendi, Coentrao o Arbeloa. Su rival en aquella final disputada en Mestalla no fue otro que el Barcelona y fue en aquella noche cuando se produjo la famosa carrera entre Gareth Bale (que todavía estaba en su primer año como blanco) y Bartra, en lo que fue el gol que le daría la victoria a los capitalinos.
Casi diez años han pasado desde entonces, en los que el Real Madrid no ha estado ni cerca de volver a levantar al cielo la Copa del Rey. Fracaso tras fracaso y una historia que se repite. Al conjunto blanco se le atraganta la Copa.
Una temporada después de aquella flagrante victoria frente al máximo rival, su verdugo fue el Atlético de Madrid, que acabó con su vecino en una eliminatoria de octavos de final marcada por el doblete de Fernando Torres.
Sin embargo, aunque una derrota en un derbi duele, el ridículo fue mayor al año siguiente. En la retina de muchos aficionados todavía está el recuerdo de los aficionados del Cádiz coreando el nombre de un jugador rival, ¿cuál? Chéryshev. El ruso protagonizó uno de los errores más grotescos que se recuerdan. Una alineación indebida que dejó al Madrid fuera de combate otro año más.
El siguiente fue el Celta, que eliminó al Real Madrid en un enfrentamiento donde lo que más destacó fueron los fallos de Danilo.
Tras los gallegos, el siguiente rival que se encargaría de terminar con el sueño copero madridista serían los vecinos pepineros, el Leganés. Una derrota por 1-2 en el Bernabéu llevaría a los blancos al fracaso una vez más.
El Barcelona, en la 18/19, sería el equipo que eliminaría al Real Madrid en lo que supuso el principio del fin de Solari al frente del banquillo.
Los siguientes serían la Real Sociedad de Ødegaard, que tumbaron al conjunto merengue en un apasionante partido en el Bernabéu. La actuación de Isak en el 3-4 favorable a los vascos forma parte de la historia de la competición.
Lo peor llegó en la 20/21, cuando la tercera ronda fue la primera y última del equipo de, por aquel entonces, Zidane. El heroico Alcoyano fue el verdugo, un equipo que pasaría a la historia junto con su portero, Jose Juan. Un equipo de semiprofesionales que logró doblegar a Marcelo, Vinícius Jr., Isco y compañía.
El último, el Athletic Club, que, tras derrotar al Barcelona, fue a por el Real Madrid en un partido marcado por las ausencias en el cuadro madridista y que se saldó en 1-0 gracias a un gol de Berenguer casi al final.

Ahora, tras una temporada de ensueño para los de Ancelotti, la mirada se vuelve a centrar en una competición maldita. La 22/23 se presenta como una nueva oportunidad para enmendar los traspiés sufridos en años anteriores y volver a levantar un trofeo que tanto lleva sin visitar las vitrinas del Bernabéu.
Son tan solo 19 las ocasiones en las que algún capitán madridista alzó la Copa del Rey, por las 31 del Barcelona o las 23 del Athletic Club.
El Cacereño será la primera piedra de toque del Real Madrid en esta competición y Ancelotti ya ha avisado de las ausencias que habrá en el encuentro (Alaba, Benzema, Courtois o Vinícius Jr. entre otros), lo que denota que la filosofía blanca con respecto a esta competición no variará a pesar de los malos resultados. La famosa “Unidad B” será la encargada de tratar de solventar las distintas eliminatorias a las que se enfrente el Real Madrid hasta llegar a las semifinales y final.
Con el nuevo formato de un partido, presente desde hace ya varias temporadas, las probabilidades de que un equipo de menor rango le de un susto al actual campeón de Europa son más que altas y el equipo de Ancelotti no deberá confiarse si quiere acabar con la racha negativa.
En el siglo XXI son solo dos las veces que el Real Madrid ha ganado la Copa del Rey y, aunque los blancos ha demostrado que a final de temporada puede haber fiesta sin Copa, una de vez en cuando no hace daño a nadie.
