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Manchester United

El diablo se da un festín en el bosque

Un United mágico destroza al Forest.

Manchester United y Nottingham Forest llegaban a su duelo post mundialista con unas expectativas heterogéneas de cara al tramo restante de temporada. 

Los de Ten Hag, habiendo encontrado su hueco en las zonas europeas, buscaban seguir sumando victorias con el objetivo lograr esa meta pactado por los diablos rojos en estos tiempos de transición, la Champions League, ese asentamiento a competiciones europeas aún no establecido en Old Trafford desde que Ferguson, ya que como sabemos, al United le está costando progresar en la máxima competición europea desde que el escocés decidió hacer las maletas hacia el retiro en 2013.

Una cantidad exacerbada de entrenadores han pasado por la cúpula “red“, ninguno de ellos ha consagrado al diablo entre los grandes.

Por parte del Forest, la situación está siendo francamente complicada.

Actualmente se desconoce un rumbo fijo por parte de una entidad que volvía a la élite del fútbol inglés, desconocida por éstos desde principios de siglo. Un desembolso que supera los 100 millones, una renovación de plantilla con el objetivo de salvar la categoría y un máximo accionista cuestionado por su gente no está ayudando a los “Tricky Trees“ a salir de ese pozo en el cual están sumidos desde inicios de temporada.

La fría noche inglesa no sería un inconveniente para que la catedral mancunian se abarrotase.

Los locales volvían a la Premier después de un mundial complicado para algunos componentes del plantel red, esto no sería excusa y el buen juego se vería reflejado en el terreno, donde los muchachos del neerlandés enseñaron que tienen las garras más que afiladas para éstos meses de mucho trabajo que aún deben disputarse en Inglaterra.

Marcus Rashford, llevando una temporada en la cual busca alejar críticas a causa de su mal estado de forma e inestabilidad a causa de lo ocurrido en la pasada Eurocopa, dejaba esos destellos que siempre estuvieron en el haber del futbolista de Manchester. Éstos pudieron verse sacados cuando el joven futbolista acataba un balón raso teledirigido por el danés Eriksen, siendo inteligente a causa del mal posicionamiento del Forest, dejaría un balón al “10“, quien no dudaría en perforar las redes del historiador Hennessey, que ocupaba la portería  que había sido habitada por el jovencísimo portero, propiedad del United, Dean Henderson. 

El fútbol practicado por los soldados del teniente Ten Hag encerraba al Forest, que se veía incapaz de tomar el control de un balón que fue controlado innegablemente por unos reds que se veían como dueños y señores durante los 95 minutos que fueron jugados en el teatro de los sueños.

MANCHESTER, ENGLAND – DECEMBER 27: Manchester United player Donny van de Beek is challenged by Lewis O’ Brien of Notts Forest during the Premier League match between Manchester United and Nottingham Forest at Old Trafford on December 27, 2022 in Manchester, England. (Photo by Stu Forster/Getty Images)

Cuando se veían florecimientos por parte del equipo de Cooper, un contraataque fugaz, cabalgado por Rashford, llegaría a área rival donde Anthony Martial, un futbolista más que cuestionado por su falta de actitud y gol, materializaba y dejaba KO a unos visitantes que ya se veían peleando por descender casi desde el inicio de la competición. 

El esférico no dejaría de rodar y la segunda parte iniciaría tal y como empezó la primera, un United posesivo y con verticalidad, encerraría al Forest, quienes tendrían contables acciones para hacerse con algo de dominio, la más clara estuvo en la ejecución de una infracción, donde Yates (22) mandaría un balón hacia las redes que sería revisado por el VAR, el cual dictaminaría un fuera de juego a causa de Willy Boly, quien hubo tocado el balón en posición incorrecta.

Pasaban los minutos, los de Ten Hag no tenían prisa y el juego virtuoso de éstos se dejaba ver en el terreno de juego. Una conexión vital entre Casemiro, nombrado como MVP a causa de su liderazgo y entrega durante el encuentro, Bruno Fernandes, que dejaba entrever el futbolista mágico que nunca se despegó de él y un Van de Beek que tomaba minutos con el objetivo de hacerse un hueco, hacían del United una orquesta que finiquitaría su melodía cuando un pase filtrado por el propio Carlos Henrique Casemiro acabaría en el haber de Fred, quien no dudaría en batir a Wayne, paciente de una tétrica noche para los visitantes en un campo que volvía a sonreír con su equipo. 

Con esto, el United veía un rayo de esperanza y la confianza volvía a estar presente en el entrenador neerlandés, que ha encontrado un mecanismo para hacer funcionar un máquina que necesita volver a funcionar tanto en la fábrica Premier League como en las grandes citas europeas, donde dicho club debe estar presente. 

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