El Getafe CF enfrentó ayer su segundo partido amistoso, antes de la vuelta a la competición tanto de Copa como de Liga. Tras haber perdido el primero ante el Valladolid en un partido espeso de los madrileños, se esperaba algo más del conjunto azulón. Además, el partido se jugaba en el Coliseum, lo que lo hacía más importante.
Aunque el tiempo no acompañó, hubo aficionados que estuvieron presentes en el encuentro, a pesar de que durante gran parte, la lluvia fue más protagonista que el propio fútbol.
Hay cosas que no cambian, y en el Getafe no ha cambiado nada. A pesar de que el partido de los azulones no fue tan malo, queda en evidencia que el conjunto de Quique Sánchez Flores sigue sin tener claro a qué juega. Eso sí, los cinco defensas no se negocian.
Aunque el Getafe comenzó dominando el encuentro, tanto con balón como por ocasiones, aunque tampoco se vieron demasiadas. Pero a medida que fueron pasando los minutos, Chivas igualó la intensidad del conjunto azulón, que presentó un 11 que podría ser perfectamente el titular, y la primera mitad acabó muy igualada.
La segunda mitad comenzó bien para los azulones, con una intensidad que era recompensada por los aficionados que estaban presentes en la grada. Pero a partir del 55, el Getafe fue desapareciendo, y Chivas se hizo con el esférico.
Y fue precisamente el conjunto mexicano el que se puso por delante del marcador, tras una gran jugada colectiva, que culminó en el gol de Beltrán, en el que Soria pudo hacer poco, pero en el que la defensa azulona salió señalada.
A partir del 0-1, los intentos del Getafe fueron escasos, porque costaba llegar al área rival con peligro. Apenas se vio a Miguel Jiménez, arquero visitante. Todas las jugadas de “peligro” del conjunto azulón acababan en nada, y a pesar de ser un amistoso, Quique tampoco movió el banquillo en busca de algo diferente, a pesar de haber sacado a Amavi y Seoane, éste segundo para poblar el centro del campo.
Fuente: Twitter de Chivas (@Chivas)
A medida que iba pasando el tiempo, las discrepancias en la grada comenzaron a llegar, y se pudieron oír a la perfección cánticos en contra el técnico azulón, así como varios comentarios a los jugadores. “Quique vete ya” fue el cántico más repetido desde la grada, fruto del cansancio de ver a un equipo sin ideas.
El nerviosismo en Getafe es tan evidente, que hasta un amistoso da de qué hablar, porque no se ve un equipo diferente al que jugó hace unas semanas contra el San Roque de Lepe, o el que lleva jugando toda la temporada igual, esperando a ver qué pasa.
Es más, por el minuto 85 de encuentro, se llegó a escuchar a un aficionado gritar “Árbitro pita ya”, siendo una demostración más que clara de que la afición del Getafe no está dispuesta a esperar más a que el rumbo del equipo cambie. Porque no cambia, y es evidente.
El marcador no se movió, el Getafe volvió a encajar otra derrota más, y las dudas no se despegan del conjunto madrileño. Las cosas no cambian, a pesar de que los más optimistas creían que después del Mundial, se vería algo diferente.
Al Getafe le quedan 11 días para preparar el encuentro de Copa ante el Diocesano, y tiene mucho que mejorar aún. En diciembre, las dudas en torno a este equipo y al entrenador tan solo crecen a medida que van pasando los meses. Y no cambiar el rumbo a tiempo, puede acabar saliendo caro.