Verano de 1994, unos 90 kilómetros al oeste de Londres. Más concretamente en Oxford. Precisando un poco más, nos lleva al escenario de esta inverosímil historia, Court Place Farm, el estadio del Oxford City, el segundo club de la ciudad en cuanto a nivel actual. Aquel año era año de Mundial, Estados Unidos 94, este torneo lo acabó ganando Brasil en la tanda de penaltis. Sin embargo, una selección más que relevante para este relato es Bulgaria. Este combinado acabó el torneo en el cuarto lugar, dando la sorpresa; además, contaban con excelentes futbolistas como Iotov, Balakov, Hristo Stoichkov y, ¿Tittyshev?
El West Ham visitó Oxford para jugar un partido de pretemporada. Por aquel entonces, el club local jugaba en categorías bastante inferiores y era uno de los partidos supuestamente más sencillos para los Irons. Alrededor de 2000 personas ocuparon el estadio para ver este duelo, y entre esos aficionados estaba nuestro protagonista: Steve Davies. Durante toda la primera parte, Steve estuvo criticando al equipo, pero más concretamente al delantero, Lee Chapman. El entonces entrenador, Harry Redknapp, se vio en apuros. A la media parte hizo 5 cambios, e iba muy justo de jugadores. En aquel instante se lesionó Chapman. Ante la desesperación de aquel momento, Redknapp se giró hacia la grada, a Davies justamente. Este le preguntó si sabía jugar tan bien como hablaba, a lo que respondió sin dudarlo que sí.
En un momento, Steve había pasado de ser un aficionado corriente del West Ham a estar calentando y poniéndose la zamarra azul y burdeos del equipo de su corazón, con el número 3 a la espalda. Cabe destacar que Davies mintió, convenció a Redknapp de que era delantero, cuando él solamente había jugado de defensa. Aun así, antes de su debut hubo más eventos curiosos. Cuando saltó al campo y antes de que el árbitro soplara su silbato para indicar el inicio del segundo tiempo, el comentarista bajó de su cabina para hablar con Redknapp. Él estaba sorprendido, no había ningún jugador con ese dorsal en el programa del partido, por tanto le preguntó por él. El entrenador de los Hammers, conocido por su gran sentido del humor le contestó con sorpresa: “¿No has visto el Mundial de Estados Unidos?¡Es el Matador Tittyshev, la estrella de la selección búlgara!”. Lo dijo con tanta convicción que el narrador se dio por aludido y regresó a su puesto.
En ese amistoso, el gran Tittyshev anotó un gol. En el minuto 71, aunque fue anulado por fuera de juego. El tanto no subió al marcador, pero logró anotar más goles que Lee Chapman, que al fin y al cabo era su objetivo. Ese día nació una estrella, un excelente delantero que llevó al estrellato a la selección búlgara; o quizás un londinense con mucha suerte.