¿Os habéis preguntado alguna vez qué hay en Montenegro? Yo tampoco. Montañas sí hay y bastante bonitas. Gran parte de ellas pueden verse pobladas por una vegetación y una fauna que consiguen aclimatarse a todo tipo de atmósferas locales. Cuando cae el invierno, las sierras de Montenegro son teñidas de ese blanco que hace del espectáculo visual un paraíso para todo aquel que visita los Balcanes.
Un concepto del cual nos hemos percatado es la cantidad de futbolistas que las tierras balcánicas conrean y depositan en los equipos europeos, mismamente en España encontramos gente como Stefan Savić, quien se ha afianzado un puesto en la zaga atlética consagrando multitud de encuentros que le han llevado a ser un central de sobrenombre.
En el día de hoy, hablare de un jugador que ya no está entre los futbolistas de nuestra liga pero un delantero que llegó a padecer el calor de una ciudad muy especial, bañada por el Guadalquivir y poblada de mujeres vestidas de rojo que bailaban al compás de una melódica sinfonía; hoy hablaré de Stefan Jovetić.
Jovetić, nacido en la antigua Yugoslavia y criado en Serbia, es un punta de capacidades atronadoras para el encontronazo con el gol.
El serbio es un futbolista poco vertical, con una velocidad más que reducida pero con olfato para hallar ese último espacio, acercarse a él y materializar de una forma audaz; pocos delanteros que han conformado la clase media de los atacantes se han visto con tanta precisión como la que posee el montenegrino.
Nuestro protagonista comenzaría su andadura en el dificultoso mundo del fútbol en Serbia, concretamente el Partizan de Belgrado le otorgaría un puesto donde el jugador iría desarrollándose hasta debutar en la primera división de dicho país.
Tras despuntar en Serbia, volaría hacia Italia donde el renacimiento llamaría a su puerta y la Fiore hallaría en él un depredador audaz y al cual alimentar a base de balones, defensas y todo aquello que un delantero acabe convirtiendo en gol.
Después de 4 temporadas y 35 goles para un delantero que no era especialmente ágil en diferentes parcelas ofensivas, una gran oportunidad llamaría a su puerta, el Manchester City, recién campeón de la Premier League buscaría en él un acompañante de lujo para un Sergio Kun Agüero que comenzaba a establecer su nombre en la competición inglesa.
Stefan no conseguirá batir a esas lesiones que quebrantaban el desarrollo de su juego y este deambularía por un desierto de ellas durante su única estancia en dicho territorio.
Su poca capacidad de estar en el campo sin romperse y la pérdida del olfato de gol, le alejó de la Premier, eso sí, marchó de nuevo a Italia con un nuevo título de liga para el equipo citizen y una copa de la liga, un poco de gloria para un pintor que necesitaba más.
Volver a Italia significaría un nuevo y coloso colapso para un futbolista que veía como sus mejores años de fútbol iban tirándose a un precipicio que no parecía tener final.
6 goles en una primera temporada no simbolizarían que Jovetić estaba hecho para ser el ariete que un equipo que buscaba colocarse en puestos europeos cada temporada, sumándole a ello que el futbolista acabó perdiéndose gran parte de los encuentros y que no contaba en cantidad para Mancini significaría la marcha del hombre que fue a Italia en búsqueda de una felicidad que iba esfumándose.
Posteriormente al nefasto paso por Italia llegaría a un país desconocido para él, donde paisanos como Andreolli o Ciro Immobile (al que hoy consideramos como un majestuoso delantero) acabaron estrellándose y no mostrando su esencia futbolera.
Sevilla significaría un nuevo puñetazo para el jugador, que necesitado de oportunidades visitaría dos países nuevos, más nuevas lesiones seguirían lastrando y quitando momentos futboleros a un jugador que hubiera sido incondicional gracias a su valía liderazgo y capacidad atronadora de unir al vestuario.
¿Crees que Jovetić merecía mucho más en su carrera?