Desde que llegara Laporta a la presidencia del FC Barcelona, las decisiones que a priori con Bartomeu parecían una crisis se están resolviendo de manera drástica y sin dar muchas explicaciones. Si el rendimiento de los capitanes no está siendo el esperado, la mejor solución es invitarlos a salir: Jordi Alba, Busquets y Piqué no seguirán la próxima temporada.
El lateral de L’Hospitalet estuvo muy cerca de cerrar su etapa como blaugrana en el pasado mercado estival, aunque en el último momento su salida con destino a Italia se truncó en las últimas horas. Tanto Juventus como Inter de Milán mostraron interés por el capitán de la selección española, incluso el Barcelona llegó a un acuerdo con el cuadro ‘neroazurro’, una cesión en la que los catalanes pagarían una parte de su salario para que el jugador mantuviese su elevada y desorbitada ficha. Finalmente, el propio jugador rompió con las negociaciones, no vio conveniente cambiar de aires puesto que está convencido de revertir la situación de suplencia.
Sin embargo, la cara opuesta es la de Busquets, ya que cuenta con la titularidad pero su contrato termina en 8 meses y no piensa renovar. La idea del mediocentro blaugrana es poner rumbo a la MLS, en concreto al Inter Miami. Según la Cadena Ser, ‘Busi’ ya ha entablado negociaciones con el club estadounidense, mientras que el FC Barcelona trabaja en su sustituto.
Por último, seña de identidad a la vez que foco de la polémica, Gerard Piqué. En las últimas temporadas, el defensa catalán ha sido cuestionado por su implicación con el club debido a su personalidad empresarial e incluso amorosa. Muchos aficionados culés creen que el jugador está más enfocado en los negocios que en el fútbol, incluso el propio Xavi le ha dado un par de tirones de orejas. No obstante, la guinda del pastel fue su ruptura con Shakira y los rumores respecto a su vida privada.
Ante esta situación, en el contrato de Piqué se incluyó una cláusula que permite al Barça rescindirlo si no disputa un mínimo de partidos, en este caso, un 35% de los partidos. Su contrato vence en 2024, pero si no cumple con ese requisito, el club podrá sacarlo del club el próximo verano.
Sus elevadas fichas, decadencia futbolística y apoltronamiento los ha llevado a la rampa de salida de manera urgente, sin la confianza de la afición, directiva o entrenador. Los años en la élite llegan a su fin y no todos lo afrontan de la mejor manera, más aún desde la comodidad de ser de los jugadores que más cobran ya no solo en el club, sino en el mundo.