Cada vez que un equipo cambia de entrenador, los jugadores dan más de sí. Sea el caso del Elche, del Barça o del Dinamo de Tbilisi. Es así porque evidentemente tanto titulares como suplentes establecidos por parte del anterior entrenador querrán dar buena impresión. Los primeros para seguir siendo titulares y los segundos para intentar imponerse a los primeros. Es de manual y es natural de igual forma.
El Elche llevaba una dinámica muy negativa con Fran Escribá, destacando solo Boyé y al principio Mojica, que desde que se ha vuelto a defensa de 4, ha empeorado. Se ve muy minimizado su impacto en ataque al igual que presenta mayores carencias en defensa.
Jugadores – dueño
Por otro lado jugadores de la “entidad”, haciendo referencia a que son los traídos por el dueño del club, estaban en el ostracismo absoluto. Marcone y Benedetto jugando muy poco y Pastore acostado a banda, donde su aportación era mínima. Por el momento Pastore está lesionado hasta el partido de Copa frente a Unionistas pero Marcone ha sido titular en los dos partidos ligueros y Benedetto disputando minutos en Copa ante el Leioa y contra el Cádiz en Liga.
Cambio en la mentalidad
Fran Escribá dijo que esta era la mejor plantilla que había tenido hasta la fecha en Elche y seguramente sea verdad. Pero como bien dijo Francisco en su presentación, hasta ahora no lo había demostrado y faltaba mentalidad ganadora. Hasta la fecha el Elche, tras adelantarse en el marcador, reculaba y esperaba atrás. Y así como si nada han perdido 14 puntos tras ponerse delante en el marcador. Empates contra Sevilla, Levante, Espanyol y Mallorca y dejándose remontar frente al Rayo Vallecano.
Esta vez no se echó el Elche atrás y frente al Cádiz consiguió marcar tres goles en su estadio en Primera por primera vez desde la temporada 14/15. Cuando el Elche iba ganando por 2-0 en vez de lo que se hubiera hecho con el anterior técnico, Francisco dio salida a dos delanteros, Carrillo y Benedetto, los cuáles fueron clave en la jugada del 3-1. El primero dando el pase a Pere Milla y dando lugar al contraataque y el segundo arrastrando a la defensa.
La mano de Francisco se ha notado a la hora de exprimir esfuerzos en presión alta y un bloque continuo. Pero al final el nuevo entrenador no ha tenido tiempo de instaurar sus metodologías, cosa que se nota en la defensa.
Pero al final, la mejora frente al Cádiz no tiene tanto que ver con el técnico que releva al anterior, en este caso Francisco por Fran Escribá, sino por el hecho de cambiar de aires. El efecto nuevo entrenador.