Ángel Correa es, sin duda alguna, uno de los nombres que serán recordados dentro de unos años por los aficionados rojiblancos.
El argentino nunca lo tuvo fácil, y cuando llegó al Atlético de Madrid en 2014, su debut se vio frustrado esa temporada. ¿El motivo? Le detectaron un problema cardíaco que no fue notificado por su anterior club.
El Atlético de Madrid, como es lógico, se hizo cargo de todos los procedimientos necesarios, y no fue hasta la temporada 15-16 que Correa pudo, por fin, debutar.
Debut por todo lo alto en Eibar
Tras ser presentado, ahora sí, oficialmente el 10 de julio de 2015, Correa hizo su debut en la Liga el 19 de septiembre, en la jornada 4.
En aquel partido, el Atlético de Madrid se enfrentaba al Eibar, y el argentino no pudo empezar mejor; logró un gol, y además, dio otro a Fernando Torres.
Además, debutó el 30 de octubre en Champions, también con gol, esta vez ante el Benfica.
Revulsivo de oro
Durante mucho tiempo, Ángel Correa era más un jugador revulsivo, de segundas partes, que de primeras.
Y es que no se pueden contar con los dedos de las manos las veces que Correa salió y salvó al Atlético de Madrid.
Nunca tuvo una mala palabra o un mal gesto. Siempre que salió, se dejó la piel, y dio el rendimiento que de esperaba.
En la 15-16, vio puerta en 5 ocasiones y repartió 4 asistencias. En la 16-17, vio puerta 4 veces y repartió 8 goles; al año siguiente, en la 17-18, logró 8 goles y repartió 4.
Fue la 18-19 la que más dudas dejó, viendo puerta tan solo 3 veces y tan solo repartiendo 2 asistencias. En la 19-20 mejoró los números, y volvió a lo que para él es normal, metiendo 5 goles y logrando 7 asistencias.
Y si hablamos de la temporada pasada, solo en números, Correa logró sus mejores números, metiendo 9 goles, y menudos goles, y repartiendo 8 asistencias. Siendo pieza clave en la consecución del título liguero, marcando aquel “gol de puntín” en Valladolid.
Este año Correa comenzó muy bien, logrando 3 goles en las primeras 3 jornadas. Pero poco a poco, se fue desinflando, y no fue hasta el pasado fin de semana que volvió a ver puerta. De momento, Correa lleva 4 goles y 3 asistencias.
Hubo momentos de duda…
Aunque parece impensable que se dude de un jugador como Ángel Correa, hubo dudas.
El argentino estuvo en la rampa de salida tras la temporada 18-19, donde por poco no salió rumbo al AC Milán. Pero fue el que siempre confió en él el que impidió su salida; Simeone.
Volvieron esos fantasmas la temporada pasada, cuando Correa tuvo malas actuaciones en las jornadas finales de Liga. Hubo un punto de inflexión, donde Correa resucitó, si así se puede decir.
Muchos aficionados, si así se les puede llamar, siendo claros, le criticaron hasta no poder más tras el partido frente al Betis en el Villamarin.
Aquel día Correa falló todo lo que pudo fallar, y se juntó con el fallo que seguía rondando por la cabeza en Levante, a portería vacía, para poner el 1-2 en el marcador.
Pero Correa siempre responde
Pero “Angelito” se enchufó cuando más debía, y llevó al Atlético de Madrid al título liguero.
Frente al Eibar logró ver portería en dos ocasiones, frente al Huesca volvió a ver puerta. Cada vez quedaba menos temporada, y se estaba viendo la mejor versión del argentino.
Y fue en Valladolid cuando volvió a callar las críticas, cuando sí que sí, cerró muchas bocas, si se me permite la expresión.
El Atlético de Madrid iba perdiendo, jugándose el título de Liga. Y fue Correa el que tuvo que marcar el 1-1, con un golazo que no se borrará de la retina de los rojiblancos.
Y esta temporada, empezó muy enchufado, pero se vio tapado por la llegada de Griezmann y la explosión de João Félix.
Aún así, con todos los altibajos que ha pasado Correa en el Atleti, van ya 300 partidos.
300 partidos dándolo todo, escribiendo su nombre en la historia. 300 partidos… Y que sean muchos más. Porque como Correa, todos queremos un jugador en nuestro equipo.
