La tercera etapa de QSF en el Getafe, comenzó quizá de una forma inesperada para él. Tras la destitución de Michel, Quique fue la primera y quizá única opción que se le pasó por la cabeza a Ángel Torres.
Y cuando al presidente azulón se le antoja algo, lo consigue. Y Quique puso rumbo a Getafe, a intentar lo imposible: levantar el ánimo al equipo.
Con las ideas claras desde el inicio
Cuando Quique aterrizó en Getafe, sabía lo que tenía: un equipo mental y físicamente destrozado. Las lesiones estaban haciéndose notar en el equipo, y los malos resultados acompañados de la impaciencia de la gente, afectaban a los jugadores.
Quique llegó con la idea clara de hacer creer a un equipo que estaba hundido. A su llegada, tenía dos semanas prácticamente para conocer a los jugadores y hacerles ver que eran capaces de revertir la situación.
No se escudó en excusas de mala suerte, lo resultados son lo que son, y él llegó aquí para salvar a un equipo que ya conoce.
Un entrenador con la mente puesta en que cada partido, iba a ser una final, y que dijo textualmente “En las finales hay que mostrar pasión por ganar, y no cometer errores”.

Un 4-4-2 claro, aunque con “fallos”
En el primer partido que Quique y el Getafe disputaron en el Ciutat, recurrió a un 4-4-2. Aunque hizo cosas que nadie comprendió, como meter a ratos a Maksimovic arriba con Sandro.
El partido del Ciutat no fue malo, pero cundió más el miedo. Además, por su posición, el jugador más creativo del Getafe, Mauro Arambarri, pudo aparecer poco, estando más escorado a banda.
El segundo partido ante el Celta fue un desastre, en mayúsculas. Utilizó la misma alineación, pero se cometieron fallos que costaron goles.
Timor fue el gran señalado de aquel encuentro, donde salió con una sonora pitada del respetable del Coliseum.
Djené acabó expulsado, y Quique en rueda de prensa solo pudo pedir disculpas por la imagen mostrada. Y los jugadores igual, aunque siendo conscientes de que las cosas debían cambiar cuanto antes
Ya en el partido frente a Granada y Espanyol, los jugadores se hicieron al 4-4-2, a las posiciones que ocupaban, y también se notó que se mantuvieron cómodos sobre el terreno de juego.
Granada como punto de inflexión
El partido que enfrentó al Granada y al Getafe entre semana, fue un punto de inflexión para los jugadores y el técnico azulón.
A pesar de que el Granada dominaba el balón, el Getafe estaba plantado sobre el terreno de juego manteniendo un orden ofensivo y defensivo. Sobre todo defensivo, todo lo que había fallado en las jornadas anteriores.
El Geta se logró adelantar gracias a un gol de Ünal en el minuto 36, y la solidez defensiva se volvió a hacer notar, el Granada llegaba pero sin peligro, apenas se concedían espacios.
Un solo error en todo el partido, a la hora del marcaje, condenó al Getafe a recibir un gol en el 96, que le arrebata los primeros tres puntos de la temporada. Pero a pesar de eso, el Getafe jugó uno de los mejores encuentros de la temporada, aunque se tuviesen pocas ocasiones, se comenzaron a ver resquicios del Getafe que toda la parroquia azulona quiere ver, que su entrenador quiere ver.

Y por fin, la primera después de doce jornadas
Quique lo dijo, y así se cumplió. Con trabajo, la primera victoria llegaría. Pero primero había que trabajar y creer, había que unir a la afición. Y la afición, bajo el diluvio universal, estuvo presente. Poco más de cuatro mil personas parecieron diez mil.
Un Quique que desde la banda no paraba quieto, y un Getafe que ya olió el gol a los cuarenta segundos. Un Quique que seguía dando órdenes desde la banda, que no paraba quieto, al revés que Michel, que ciertamente, mostraba poco a sus jugadores en la banda.
Vivió como un aficionado más un partido que el Getafe ganó con merecimiento. Y al final del encuentro, al igual que en Granada acabó de rodillas, se giró a su banquillo celebrando, y fue cogido en volandas por uno de sus jugadores.
En rueda de prensa, se mostró feliz, y con más confianza que nunca, echando atrás la vista, recordando cómo se inició la temporada 2004-2005, dónde él entrenaba al Getafe: “Hace 17 años perdimos los tres primeros partidos y ganamos también frente al Espanyol. Este partido me ha traído muchos recuerdos de entonces”
Con Quique la gente empieza a creer en que la salvación es posible. Con Quique los jugadores creen que la salvación es posible. Quique cree en la salvación. Getafe cree en la salvación, y Quique ha llegado para cambiar las cosas.

