Ahora ya más en frío toca analizar en profundo la participación de la selección española de Luis Enrique en la segunda edición de la liga de las naciones. En donde hemos conseguido llegar a la final, y perderla ante una de las mejores selecciones en cuanto a calidad individual se refiere, Francia.
No sólo eso, sino que además hemos conseguido llevarnos varios premios individuales, Sergio Busquets como mejor jugador del torneo, o Ferrán como el máximo goleador de este, con dos tantos a sus espaldas.
Fuente: Getty Images
A nivel de juego tampoco se han quedado cortos. Partiendo del dominio del partido en base a la posesión, y buscando avanzar líneas poco a poco, para de esta forma acercarnos a la portería rival, e intentar colgar todo tipo de balones al área. Un centro del campo con mucho juego, un Sergio Busquets imperial a la hora de sacar la pelota y robar balones en campo propio, koke o Rodri cómo acompañante más defensivo de este, y Gavi más suelto, y con mucha capacidad para hacer la transición defensa ataque.
Gran nivel en defensa, con un Laporte dirigiendo las operaciones, Azpilicueta más retrasado y dando apoyo a los centrales, y Marcos Alonso algo más llegador desde el costado izquierdo. Bien también en ataque, aunque posiblemente sea nuestro punto débil, con Oyarzabal y Sarabia buscando colgar balones al área, para que Ferrán los aprovechase. Un Yeremi Pino a un grandísimo nivel en los minutos en los que ha podido jugar, desbordando constantemente y haciendo mucho daño a las espaldas de los defensores.
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De nuevo podemos decir que Luis Enrique lo ha vuelto hacer, ya nos calló la boca a muchos en la Eurocopa, donde pocos confiaban y consiguió llevarnos a la semifinal ante todo pronóstico, cayendo contra la que sería la ganadora, en penaltis. Y ahora más de lo mismo, pocos confiaban en la convocatoria que hizo para estos dos últimos partidos de Nations League, y hemos dado la cara, superando a la selección italiana, que llevaba 37 partidos invicto, y luchando ante toda una selección francesa, en un partido en el que posiblemente merecíamos más y estuvimos más que cerca de llevarnos el trofeo.
Es para sentirse más que orgulloso de los nuestros, que lo han dejado todo en el terreno de juego, y Luis Enrique ha demostrado, una vez más, que sabe de qué va esto y ha callado la boca de la mayoría de nosotros.